
Como siempre Italia recurrió al dicho de nadar y guardar la ropa, un golito al minuto de empezar el partido y 89 minutos de aguantar el chaparrón con sus artimañas, juego sucio y desquiciante. Parecía que se les iba a borrar la sonrisa de la cara cuando Ferguson anotó (en fuera de juego, todo hay que decirlo) el empate al recoger un rechace tras una falta lanzada por McFadden a los 20 minutos de la segunda arte. A partir de ahí se pudo descubrir el juego de la nueva Escocia, nada de patadones al área y juego de choque, ahora hay paredes, carreras por la banda, juego de toque, triangulaciones, verticalidad y lo que es peor una falta de gol (al menos hoy) alarmante. Si Mc Fadden hubiese aprendido a chutar con la derecha o Miller estuviese más fino con la izquierda, ahora habría miles de pubs abarrotados de escoceses borrachos cantando la victoria de los de McLeish. Pero cómo son las cosas, que en el descuento una falta inexistente sobre Iaquinta (fue él quien empujó al defensor) propició que Panucci en un remate de cabeza que más bien parecía de Inzaghi anotase el gol de la victoria italiana.
Hoy es un día triste, otro de tantos, en el que al final los grandes pueden contra los pequeños injustamente y donde un montón de ilusiones se van al garete en un minuto...
Al menos me queda la satisfacción de comprobar que esta selección (Escocia) tiene mucho que decir en el futuro y que cuenta con jugadores de gran calidad y un entrenador que ha cambiado la filosofía de juego para hacer de su fútbol, no solo emoción y pundonor, sino también alegría y calidad.
¡Que aprenda Italia!
1 comentario:
Así viví yo el partido:
Noche cerrada ya en Cerdeña a eso de las seis y media de la tarde. La squadra azzurra se la juega, y nosotros estamos llegando a la Costa Esmeralda, en concreto a la triste ciudad de Olbia. Momento de ir a tomar un café a un bar que esté televisando el partido, con permiso de las chicas.
La semana estaba marcada por la muerte del tiffosi laziale a manos de la policía.
Entramos en uno con cierto ambiente y vemos la mala noticia: 0-1. A ver qué se puede hacer en el segundo tiempo.
Gol de Escocia. No puedo evitarlo, elevo mi puño y lo levanto fuertemente. Afortunadamente ningún italiano me ve, porque podría haberme llevado un disgusto.
Espagnoli di merda... oigo en relación a Mejuto que se ha comido el fuera de juego...
Prometo comerme mi euforia si Escocia levanta el partido...
El puño se me vuelve a disparar cuando un jugador escocés que no acierto a adivinar se lanza al suelo para rematar mal lo que hubiera sido el 2-1. ¡Cómo ha podido fallarlo! Llegaba muy forzado...
Ataque de Italia. 1-2. Fin de la fiesta, el bar ruge, aunque con una frialdad que me llama la atención. ¿Cuando uno es Campeón del Mundo menosprecia una clasificación para una Eurocopa? Qué hubiese pasado en Hampden Park si hubiese anotado Escocia... Seguramente un escocés habría gritado más que estos 20 italianos juntos...
Otra vez será.
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