El Chelsea marcó en la primera mitad por medio de Michael Essien, y reduce así a dos los puntos de diferencia con el United, distancia suficiente para mantener las ilusiones unas semanas más, considerando que los de Manchester aún deben visitar Stanford Bridge (26 de abril).

Muy meritoria la actitud del Chelsea, que en lugar de dar por entregado el título y centrarse en esas semifinales de Champions ante el Liverpool, sigue metiendo presión al líder. La pelota está ahora en el tejado de los de Alex Ferguson que el sábado visitarán el gran Ewood Park, con un ojo puesto en el Nou Camp y el otro puesto en vigilar a Roque Santa Cruz, Bentley o el enchufado Gamst-Pedersen, principales armas ofensivas de los del centro de Inglaterra, un equipo perfectamente capacitado para dar emociones a la Premier en estos últimos cuatro encuentros.
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