No entiendo estas decisiones y menos cuando la plantilla está con él. En tres años, Mou ha ganado dos Premier League, una F.A. Cup, dos Copas de la Liga, y ha rozado la Champions cayendo en semis dos veces ante el Liverpool (la última por penalties).

Se va un ganador que se ganó el corazón de los blues y el de muchos críticos de su juego, y es que aún recuerdo con cariño aquel Chelsea del 2005 que llegó a hacer tremendos partidos en la Premier, que tumbó al BarÇa de Ronaldinho con un 4-1 y que deleitó con Robben, Cole, Lampard y Drogba.
Es cierto que se había radicalizado en exceso con su apuesta por el músculo en detrimento del talento, pero a mí sinceramente era un entrenador que me caía bien. No es Wenger o Cruyff, eso está claro, pero me gusta su carácter ganador y me gusta de él la piña que forma con sus jugadores. Me quedo con unas declaraciones de Terry: "Cuando ves al BarÇa enfrente, piensas: ¡Vaya equipo!, pero cuando tienes un tío machacándote con que tú eres el mejor, acabas creyéndotelo".
Me huele a capricho de Abramovich, al que no le ha sentado nada bien el poco caso que el portugués hizo el año pasado a sus fichajes estrella: Shevchenko y Ballack. Me huele mal esta decisión. Sinceramente. Un poco a principio del fin.
Nunca entendí quitar a entrenadores cuando las cosas van bien o cuando el grupo está unido. Le pasó a Mendoza con Antic, a Florentino con Del Bosque, y parece que le puede pasar a Abramovich con Mourinho o a Laporta con Rikjaard. Tiempo al tiempo, pero Benítez y Wenger se deben estar frotando las manos. Vía libre para el Arsenal y Liverpool que si aguantan el tirón unos partidos más puede abrir brecha, con permiso de Rooney y Ronaldo, que ya están aquí...
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