viernes, 21 de septiembre de 2007

Adiós, don José

Me quedé helado cuando vi el notición del adiós de Mourinho. Inexplicable que Abramovich le haya abierto la puerta al entrenador que hizo grande al Chelsea.
No entiendo estas decisiones y menos cuando la plantilla está con él. En tres años, Mou ha ganado dos Premier League, una F.A. Cup, dos Copas de la Liga, y ha rozado la Champions cayendo en semis dos veces ante el Liverpool (la última por penalties).



Se va un ganador que se ganó el corazón de los blues y el de muchos críticos de su juego, y es que aún recuerdo con cariño aquel Chelsea del 2005 que llegó a hacer tremendos partidos en la Premier, que tumbó al BarÇa de Ronaldinho con un 4-1 y que deleitó con Robben, Cole, Lampard y Drogba.

Es cierto que se había radicalizado en exceso con su apuesta por el músculo en detrimento del talento, pero a mí sinceramente era un entrenador que me caía bien. No es Wenger o Cruyff, eso está claro, pero me gusta su carácter ganador y me gusta de él la piña que forma con sus jugadores. Me quedo con unas declaraciones de Terry: "Cuando ves al BarÇa enfrente, piensas: ¡Vaya equipo!, pero cuando tienes un tío machacándote con que tú eres el mejor, acabas creyéndotelo".

Me huele a capricho de Abramovich, al que no le ha sentado nada bien el poco caso que el portugués hizo el año pasado a sus fichajes estrella: Shevchenko y Ballack. Me huele mal esta decisión. Sinceramente. Un poco a principio del fin.

Nunca entendí quitar a entrenadores cuando las cosas van bien o cuando el grupo está unido. Le pasó a Mendoza con Antic, a Florentino con Del Bosque, y parece que le puede pasar a Abramovich con Mourinho o a Laporta con Rikjaard. Tiempo al tiempo, pero Benítez y Wenger se deben estar frotando las manos. Vía libre para el Arsenal y Liverpool que si aguantan el tirón unos partidos más puede abrir brecha, con permiso de Rooney y Ronaldo, que ya están aquí...

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