domingo, 24 de febrero de 2008

Los Spurs toman Wembley

Hoy hemos podido disfrutar de uno de esos partidos de copa de los que hacen afición, ingredientes no faltaban: un Wembley abarrotado por 90 mil londinenses dispuestos a dar todo por su equipo, miles de banderas dando colorido, un Chelsea plagado de estrellas (Lampard, Drogba, Terry, Cech, Carvallo...) y un Tottenham lleno de guerreros (Jenas, Keane, Berbatov, Malbranque...). En estas ocasiones los aficionados en la distancia siempre se ponen del lado del más débil, en este caso los Spurs, y si nos centramos más exactamente en los aficionados españoles, el porcentaje se aumenta casi al 100 % juntando el factor de que Juande sea el técnico de los de White Hart Lane y el odio que consiguió Mourinho que tuviesemos a los azules. En mi caso, siento decir que no tengo especial simpatía por el entrenador español, pero sin embargo si la tengo por su segundo, el extraordinario ex-jugador del Zaragoza y Tottenham Gustavo Poyet y por alguno de sus aguerridos jugadores, como el caso del emblemático Robbie Keane.

Llegué tarde a la final, en el minuto 70 el resultado era empate a 1 (tras gol inicial de Drogba y empate posterior de penalty por Berbatov) y presagiaba fuertes emociones para el final. Mi sorpresa (o no tanto) fue descubrir que el que llevaba la iniciativa era el equipo de Juande quien pudo adelantarse de no ser por el doble error del marfileño Zokora delante de Cech. Mientras tanto el Chelsea, con su fútbol rácano se conformaba con aguantar a llegar al tiempo extra. Sin embargo, el palo llegó a los pocos minutos de la prorroga cuando el otrora infortunado Woodgate anotaba el gol de la victoria en un afortunado remate de cabeza que tras repeler Cech golpeó en su cara y entró mansamente en la portería del Chelsea.

De aquí al final, tocó sufrimiento para la portería defendida por Robinson, Joe Cole saltó al campo para dar más empuje a los de Stamford Bridge y el acoso fue constante con ocasiones que consiguió anular con acertadas intervenciones el guardameta inglés. Ni siquiera el excesivo tiempo añadido en ambos tiempos de la prorroga consiguió que el Chelsea lograra forzar los penalties, que de haber llegado, estoy convencido de que habrían ganado los de Juande que hoy parecían tocados por una varita mágica.

Como siempre, lo más emocionante fue ver la celebración de los jugadores del Tottenham con sus aficionados, las lágrimas de Keane, la alegría contenida de Juande Ramos, un Woodgate radiante de felicidad que todavía se estará preguntando como entró ese balón y en general la alegría de una afición que no estaba acostumbrada a estos exitos. ¡Enhorabuena Tottenham!

1 comentario:

wallabee dijo...

Me alegro mucho por Juande, por el fútbol que propone tan diferente al de Benítez, por Robbie Keane, por Malbranque...

Ojito en la Uefa, que para mí se convierten en favoritos con el Bayern...